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El Fracaso del Estado Paternalista en Uruguay. Parte II. El Neobatllismo


Habíamos visto en una primera entrega, como aquel Uruguay que era uno de los PBI/cápita más altos del mundo, bajo un Estado liberal, había girado a un estado más participativo, iniciando desde el Siglo XX, una lenta y prolongada decadencia. 

En 1947, a partir de la muerte de Tomás Berreta, Luis Batlle Berres asume la presidencia de la República, para llevar adelante, la etapa que se conoce como "neobatllismo" o "segundo Batllismo", en donde se afianzó el anhelo de “Estado Industrial” e introdujo el modelo ISI (Industria de Sustitución de Importaciones), que básicamente consiste en, a través de barreras arancelarias, frenar las importaciones del exterior, para fomentar las industrias locales. Este modelo ha fracasado siempre. Solo le sirve a los empresarios prebendarios, a los políticos, a los sindicalistas y algunos trabajadores, con la excusa de darle trabajo a un grupo de ellos, se perjudica a la enorme mayoría haciéndoles pagar por productos, el doble, triple o más de lo que valdrían importados, haciendo disminuir la capacidad de ahorro del consumidor y derivando por ello, en perjudicar a otros rubros de industrias que ven encarecidos sus costos y mermadas sus ventas.  

Las ideas que llevó adelante Luis Batlle Berres, dieron lugar a  fortalecer esos paquidermos que atrasan a Uruguay hasta hoy como lo fueron AMDET, ILPE, la nefasta Pluna, que hicieron perder millones a los uruguayos o como lo es la mas nefasta aun ANCAP, de las pocas empresas petroleras del mundo que pierde dinero, aún gozando de un monopolio legal . Sus ideas, fueron muy parecidas a las que tienen actuales gobernantes del Frente Amplio y son de las que hacen gran parte del clientelismo electoral del partido de gobierno, por lo que a veces uno se pregunta, cada vez que lo homenajean a Batlle Berres, no debería ser el Frente Amplio que lo haga y no, el Partido Colorado.


El discurso que dio Luis Batlle Berres al año de haber asumido como Presidente de la República, muestra su preferencia por el estatismo y su rechazo a la iniciativa privada y la libertad de comercio.

Decía Batlle Berres que había que hacer “ legislación amplia que atienda a los que sufren, aunque para ello tenga que quitar a los que tengan demasiado”, una frase que se parece mucho al “que paguen más los que tienen más” del Dr.Tabaré Vázquez, base moral del IRPF.

Continúa su discurso afirmando que “no estamos viviendo momentos de pobreza y penuria de los ricos, que cada día pretenden ser más ricos, sino que podemos estar viviendo dificultades de los pobres y es a ellos que debemos atender”, argumentos casi idénticos a los esgrimidos por el Frente Amplio para justificar sus “políticas sociales”, con nombres hermosos, pero carentes de resultados.

Pero lo más grave es su concepto sobre la libertad económica y el rol del empresario. Rechaza el libre mercado al que pretende sustituir por una “economía ordenada”, criticando a los que “reclaman libertad total de comerciar y producir (lo que) provoca protestas de las grandes masas que no se creen bien atendidas”.

Y además cree que es su “obligación constante …de vigilar la producción, precios y comercialización por parte del gobierno “del precio de la papa, del arroz, de la harina, del trigo …”, nada distinto a las políticas de precios máximos en Argentina, que no contienen en nada la inflación y lo que ocurre en Venezuela con las consecuencias de escasez y miseria en ese país.

Sin dudas que las ideas del batllismo triunfaron en Uruguay. No es de recibo las excusas de quienes lo veneran, justificándose como "hombre de la época". En esa época y en anteriores, también existían las ideas de libertad de comercio, que habían traído prosperidad al Uruguay, a ser una tierra elegida por inmigrantes pero fueron dejadas de lado, para crear un Estado pesado, clientelista e insaciable y que nunca puede reducir los niveles de pobreza, más allá de como las dibujen en las estadísticas, de ciclos mejores que otros, pero siempre en decadencia respecto al primer mundo, creando por un lado que los jóvenes pretendan en su mayoría ser empleados estatales, antes de emprender algo y una clase de empresarios prebendarios, preocupados en conseguir subsidios apoyando la candidatura de algún político o en fijar altos aranceles para “defender” sus pésimos productos, que en mejorar la calidad de los mismos y salir a venderlos al mundo. y para muestra de ello, es como a fines de 1953 (para poner fin a un conflicto sindical provocado por unos despidos en una empresa textil que había comprado maquinaria nueva), se prohibió la importación de maquinaria sin la previa autorización del Consejo de Gobierno, con el objetivo de “mantener las fuentes de trabajo”. Hoy, la Intendencia de Montevideo, el sindicato del taxi y los empresarios prebendarios que revolotean a su alrededor, quisieron prohibir el uso de Uber y de Easy Taxy bajo argumentos similares.

Como ven, todos los problemas que vemos hoy, vienen de mucho tiempo atrás y tienen su génesis, en el desquiciado Estado Paternalista creado por el Primer Batllismo y reforzado por el Segundo Batllismo o el Neobatllismo.

Así es  como el filósofo, periodista y economista estadounidense, Henry Hazlitt*, analizaba en 1969, a  Uruguay, como el Estado Benevolente Enloquecido. He aquí los extractos mas jugosos, para ver como problemas que hoy son de medio siglo, aún están sin solución.  En Junio de 2018, el Senador Frenteamplista Charles Carrera declaró (Ver Link) , que los problemas de Uruguay, vienen desde 1930, desde el Batllismo, compartimos lo dicho, solo que Carrera y los frenteamplistas, creen que los problemas fueron por falta de Estado. Henry Hazlitt sin embargo, en 1969 advertía el inmenso Estado, el cual fue creciendo hasta cuando asumió en el poder en el Frente Amplio, con algún grado menor de bola de nieve en los gobiernos democráticos anteriores al FA, pero en un proceso de crecimiento. 

«El ejemplo más dramático de un país innecesariamente arruinado por una economía paternalista es Uruguay. He aquí a un país solo una tercera parte más grande que el estado de Wisconsin en los Estados Unidos, y con una población de casi 3 millones. Sin embargo, esa población es de predominante origen europeo, con un grado de alfabetización que se estima en cerca de 90 por ciento. Este país, alguna vez, se distinguió entre las naciones de América Latina por su alto nivel de vida y buena administración».

«Lo que tanto desanima del ejemplo de Uruguay es, no sólo que sus programas paternalistas persistieron, sino que se extremaron, a pesar de los muchos desastres que produjeron. Esta historia parece tan increíble que, en lugar de decirlo con mis propias palabras, prefiero presentarlo como una serie de impresiones, tomadas por observadores que han presenciado el caso a través de los últimos años».

«Ningún político puede esperar lograr una mayoría de votos promoviendo austeridad, trabajo intenso o cualquier sacrificio que implique la pérdida de sólo algunas de las «ventajas» del estado benevolente». **

«Me gustaría hacer aquí una pausa para hacer énfasis en este último párrafo, pues ilustra lo que quizá es el aspecto más fatal del estado paternalista en cualquier parte. Este es el que dice que una vez que un subsidio, pensión o pago de beneficio se extiende a un grupo, es inmediatamente considerado como «derecho». Y sin importar la crisis que afronta el presupuesto o la moneda, resulta «políticamente imposible» descontinuar o reducirlo. Encontraremos que esto se repite en las impresiones de Uruguay».

«Los incontables gastos del super estado benevolente (donde casi una quinta parte de la población depende de salarios del gobierno) y los ingresos inciertos de la economía ganadera y agrícola han dejado sus huellas. Hoy, Uruguay está bajo una severa presión financiera y fiscal».

«En muchas oficinas gubernamentales hay el doble de empleados públicos que de escritorios y sillas. La maña es llegar temprano al empleo para no tener que estar de pie durante las 4 a 6 horas de trabajo de que gozan los burócratas uruguayos».

«Es bastante común que empleados del gobierno se retiren, con goce de su último salario, a la edad de 45 años. Es igualmente común el percibir una pensión mientras se sostiene otro empleo, o tener empleo mientras se le paga salario por desempleo. Estos son algunos de los hechos de la vida en Uruguay una nación enloque­cida por el estado benefactor».

«Entre 40 y 45 por ciento de los 2.6 millones de personas en esta (en una lejana época) próspera nación, dependen, hoy en día, del gobierno para su mantenimiento total. Estos incluyen pensionistas jóvenes que no tienen problema alguno en ver que sus patrones los encuentren sobrando" en el trabajo y por lo tanto los despidan, de esa manera clasificándose para grandes beneficios de retiro».

«Para mantener su imagen, el gobierno ha aumentado sus gastos, ha imprimido más dinero en billetes, y muy generosamente ha emitido grandes alzas de salarios, algunas tan altas que llegan a ser de 60 por ciento al año».

«Cuarenta por ciento del elemento laboral es empleado por el gobierno. Partidos políticos compiten para expandir una burocracia, ridículamente superpoblada, que sólo trabaja la semana de 30 horas».  

Recientemente, hubo una polémica entre el columnista Darwin Desbocatti y el ex Presidente Dr. Julio María Sanguinetti, en donde coincidimos con las apreciaciones de Darwin, en las que criticó el Estado Industrial introducido por Luis Batlle Berres. Es imperdible esta polémica y más allá de la investidura del Doctor Sanguinetti, creemos que los logros que le adjudica al Estado Industrial Batllista, son pocos, al lado de los perjuicios y de la falta de oportunidades. 




Fuentes consultadas:
Wikipedia.
Blog Personal de Guillermo Sicardi 
http://webdehistoria.blogspot.com/

(28 de noviembre de 1894-9 de julio de 1993)1​ fue un filósofo y economista liberal estadounidense, y periodista del The Wall Street Journal, el New York Times, Newsweek y The American Mercury, entre otras publicaciones. Se le reconoce a Hazlitt el haber llevado la Escuela Austríaca de Economía a las audiencias de habla inglesa. Aquí el texto completo de "Uruguay, Estado Benevolente enloquecido"

** Hoy también.